Los primeros momentos del año nos evocan a la reflexión, a hacer valoración y proponernos una extensa -en ocasiones- lista de buenos propósitos y objetivos con la mirada puesta en el futuro. Y es en esos momentos introspectivos, comunes en el fin e inicio de todos los años, cuando tenemos que tener especial cuidado y atención de lo que esperamos de este 2021.

Si ya es difícil encontrar el equilibrio entre pasarnos de optimistas o quedarnos cortos y verlo todo negro, en la actualidad más. La sensación de que aún no tenemos muchas respuestas, de que seguimos en un momento de extrema complicación e incertidumbre sigue muy presente en nuestra sociedad.
En estas fechas tan señaladas nos enfocamos a lograr un establecimiento de deseos y propósitos adaptativos para este nuevo año. Poniendo especial atención a nuestros pensamientos, a veces tomados como leyes, del tipo «como este año ha sido malo, el próximo tiene que ir mejor por la fuerza» o «al final me tiene que tocar vivir algo bueno».
Para tratar de concretar y analizar cómo vamos a acercarnos a nuestras metas de la mejor forma, hoy utilizamos los conocidos «Objetivos SMART».

Sus siglas en inglés nos recuerdan las características que debe tener un objetivo bien planteado: Específico, Medible, Alcanzable, Realista y orientado en el Tiempo. Con ello, nos aseguramos de tener claro, presente y recomendablemente por escrito qué vamos a hacer, cuánto, cómo, con qué y cuándo.
Realizar este proceso de planificación favorecerá nuestra motivación, al igual que actuará como factor de prevención y ayuda en los momentos de frustración y culpa cuando no salga todo a pedir de boca. Estos objetivos también nos guiarán en el camino, nos indicarán si avanzamos según lo previsto y nos facilitaran la detección de los reajustes a realizar.
Sin este paso de pasarlo de la mente al papel y concretar nuestros sueños en acciones corremos un riesgo. El riesgo de habernos creído e impulsado por frases motivacionales, bonitas a la vez que vacías e ilusorias, del estilo «si puedes soñarlo puedes hacerlo» o «lo único imposible es aquello que no intentas».
Determina qué es exactamente lo que quieres conseguir, no te quedes con el titular, detecta los pequeños objetivos que te acercarán al grande. Eso nos evitará muchas frustraciones, mantendrá a raya nuestras autoexigencias, la culpa y el castigo al que nos podamos auto-someter.
Al haber indicado anteriormente lo que para nosotros era éxito y fracaso, podremos darnos cuenta de si vamos bien o no, si lo estamos alcanzando como esperábamos, si las oportunidades detectadas y los obstáculos en la realidad han ido cómo habíamos previsto. Al marcarlo en días nos ayudará a no decaer, a que no se nos disuelva la motivación y fuerza de voluntad inicial.
Recuerda cuántos años te has planteado tus deseos para el nuevo año y en febrero ni te acordabas de ellos. Que este año se produzcan los cambios que deseas pasa por abrirse a probar, a hacer cosas nuevas y a ver cómo van, empezando por utilizar los objetivos SMART.
De gran utilidad gracias
Me gustaMe gusta