Nos identificamos con la forma en que pensamos, sentimos, interpretamos el mundo que nos rodea y cómo interactuamos con él. Este mundo que nos acoge es una realidad formada por nuestras creencias y las de nuestra sociedad. A partir de ahí, como individuos priorizamos ciertas cosas, como el trabajo, nuestra apariencia, la pareja, el éxito económico…; indicadores de nuestra adaptación al grupo social en el que tratamos de estar integrados. Hoy hablaremos de lo que ocurre cuando nuestro sistema de creencias influye en sociedades con una concepción distinta de la realidad y cómo la psicología es un indicador de lo que debemos cambiar a nivel global.

Primero, analicémonos. Entre los motivos más comunes por los que acudimos al psicólogo se encuentran trastornos adaptativos como la ansiedad y el estrés, trastornos depresivos, de aprendizaje, autoestima, gestión emocional, conflictos de pareja y familiares o trastornos de la conducta alimentaria. La psicología nos da herramientas para trabajar en uno mismo y mejorar logrando un estado de bienestar. Lo que puede que no nos hayamos preguntado es si estos trastornos sacan a relucir los defectos de la sociedad de la que formamos parte.
Encontramos un buen ejemplo en el trabajo, una de las prioridades más significativas. Debemos ser productivos, constantes, ambiciosos, crecer. El desgaste, el estrés y la ansiedad van de la mano con nuestro desarrollo laboral. Ya sea durante la búsqueda o pérdida de empleo, la elección vocacional o en el mismo desempeño de nuestras tareas. El autoestima es otro de los motivos frecuentes por los que acudimos al psicólogo. La idea que tenemos de lo que la sociedad espera de nosotros puede no verse reflejada en el espejo, o en nuestras relaciones sociales.
Podemos entender estos trastornos tan comunes como un espejo de las disfunciones de la sociedad, de lo que debería cambiar. Por ejemplo con un sistema educativo integrador y consciente con los ritmos de aprendizaje individuales, una jornada laboral adaptada a nuestro rendimiento real, o aceptando como grupo que no podemos acercarnos a ideales construidos para ser inalcanzables. Sobre todo ser conscientes de que formamos parte de una sociedad con un sistema de producción y consumo específico, que espera algo de nosotros. Pero esto no acaba aquí, si el sistema en el que hemos crecido perjudica nuestra salud mental ¿imaginas el impacto psicológico que tiene en otras sociedades?
¿Qué pasa cuando desviamos la atención a grupos que no se amoldan a nuestra construcción de realidad ni a nuestra escala de prioridades individuales? ¿A qué retos se enfrenta la psicología, ciencia originada en Europa y Estados Unidos, cuando tratamos con grupos que no comparten algunas de nuestras características como sociedad?
En los últimos años han saltado las alarmas en estudios sobre salud mental realizados en poblaciones indígenas de todo el mundo, que componen el 5% de la población mundial. Y es que las cifras son indicadores directos de problemáticas mucho mayores. La OMS indica que el estado social y económico de sociedades indígenas ha acarreado efectos drásticos para la salud mental.
En población colombiana, por ejemplo, se ha observado que la tasa de suicidio es de 4,4 por cada 100 mil habitantes, mientras que entre los pueblos indígenas del país el número se eleva a los 500 casos por cada 100 mil habitantes.
Los mismos patrones se manifiestan en diferentes países con población indígena, sobre todo en jóvenes, desde Canadá a Australia, Estados Unidos, Brasil, Perú y Siberia. Donde las tasas de alcoholismo, adicciones, trastornos mentales -sobre todo ansiedad y depresión- son más altos que en la población general.

En estos colectivos se entiende la salud mental de forma global, arraigada al territorio, el bienestar colectivo y donde el bienestar físico y mental se retroalimentan. Las diferencias socio-económicas, el detrimento del tejido social, narcotráfico, conflictos contra empresas extractoras y la destrucción del territorio natural son algunas de las causas directas de esta alarma psicológica que vemos reflejada en las cifras de la OMS.
Tanto los indígenas que habitan en zonas amenazadas como aquellos que deciden migrar presentan mucha más vulnerabilidad ante los nuevos intereses y demandas de la sociedad. Se enfrentan a un desequilibrio de la identidad personal, a la re-ubicación en un sistema donde hallan contradicciones con la cultura propia.
Desde un limbo entre realidades, expresar el malestar se hace muy complicado. El tratamiento psicológico es todo un reto. Tratar los dos mundos, la alteridad y construcción o re-construcción de la concepción psíquica del “yo”. En un sentido global, los estudios psicológicos nos muestran que nuestro sistema es facilitador de la aparición de patologías. En demasiadas ocasiones el sistema tiene un impacto muy negativo, no solo para la mente, si no para la vida.
Es necesaria más investigación y desarrollo para una mejor intervención, empezando por ser más conscientes. La psicología debería ser considerada como una alerta, un toque de atención sobre lo que debemos modificar. Tiene un papel clave en el mundo que construimos entre todos. Si bien nos da herramientas para el bienestar y desarrollo de nuestro papel en sociedad, también señala a dónde debemos dirigir la mirada del cambio.
Fuentes:
Muñoz-Martínez, A. M., & Novoa-Gómez, M. M. (2012). Motivos de consulta e hipótesis clínicas explicativas. Terapia psicológica, 30(1), 25-36.
Valle, J. S. L., & Jiménez, S. R. (2012). Salud mental en poblaciones indígenas. Una aproximación a la problemática de salud pública. Medicina UPB, 31(1), 42-52.
Cardona Arias, J. A., & Rivera Palomino, Y. (2012). Representaciones sociales sobre medicina tradicional y enfermedades foráneas en indígenas EmberaChamí de Colombia. Revista cubana de salud pública, 38, 471-483.
Gómez-Restrepo, C., Rincón, C. J., & Urrego-Mendoza, Z. (2016). Salud mental, sufrimiento emocional, problemas y trastornos mentales de indígenas colombianos. Datos de la Encuesta Nacional de Salud Mental 2015. Revista colombiana de psiquiatría, 45, 119-126.
Johnson, J. L., & Cameron, M. C. (2001). Barriers to providing effective mental health services to American Indians. Mental Health Services Research, 3(4), 215-223.
Schraube, E., & Osterkamp, U. (2013). Psychology: Social self-understanding on the reasons for action in the conduct of everyday life. In Psychology from the Standpoint of the Subject (pp. 233-341). Palgrave Macmillan, London.