¿Crees que cada vez nuestra salud mental está en mayor riesgo? ¿Que cada vez estamos más desbordados mentalmente debido a las crisis causadas por el coronavirus? La ONU ha advertido de una crisis psicológica masiva si los países no aumentan su inversión en salud mental frente a la pandemia.

Tan sólo el 3% del gasto público español se destina a la salud mental. Así no es de extrañar que también haya una tendencia en nosotros de priorizar otros problemas, frecuentemente más visibles y de los que estamos más concienciados.
Desgraciadamente, la atención psicológica está muy lejos de estar al alcance de todos. La cobertura de la que se dispone a menudo es insuficiente, precaria e interrumpida en el tiempo. Pueden pasar meses entre una sesión y otra. Además, debido al reducido número de profesionales de la psicología en la salud pública, se hace obligatorio priorizar pacientes, dejando fuera a personas que realmente necesitan esa ayuda.
La media europea en atención a la salud mental pública es de 18 profesionales de la psicología por cada 100.000 habitantes. Viendo mis intenciones, podrías pensar que en España es algo inferior, 15, 10 u 8 psicólogos/as por cada 100.000 habitantes. La media española es de 4,3.
Faltarían 7.200 psicólogos en el Sistema Nacional de Salud para llegar a ese ratio de media europea. Y esta diferencia se nota, y mucho. Sobre todo cuando aparecen problemas económicos y se convierte en una auténtica quimera poder destinar los recursos del propio bolsillo.
Una de las cosas positivas que ha causado esta pandemia, que las hay como en todo, es el aumento de la concienciación así como la presión para aumentar los recursos de nuestros profesionales de la salud.
Evidentemente es necesaria mucha más inversión. Ante esta emergencia y el riesgo de colapso de nuestro sistema de salud pública, muchos pueden pensar que se tienen que destinar esos recursos a los centros de primera atención, a los hospitales y al personal que heroicamente esta resistiendo esta crisis sanitaria en primera línea. Y razón no les falta. No obstante, hace falta ir con cuidado para no caer en la tendencia, anteriormente mencionada, de priorizar la salud física condenando a la mental.
No penséis que por tratarse de atender a nuestras emociones y pensamientos estos recursos caen en saco roto. Y es que por cada euro aportado a la salud mental, el sistema general sanitario ahorra 18. En forma de enfermedades prevenidas, hábitos tóxicos corregidos, tentativas de agresión o abuso, intentos de suicidio evitados… De tantas cosa que no funcionan si nuestra mente tampoco lo hace con claridad. De tantas situaciones a las que podemos llegar si descuidamos nuestra prioritaria salud mental.
de Robert Cotonat Gracia