Los efectos psicológicos del coronavirus

Este artículo está escrito con la finalidad de que al leerlo consigas encontrar una explicación a los cambios de actitud, sensaciones y pensamientos que puedes estar experimentando estos días en esta situación de emergencia. Cabe mencionar que cada uno de nosotros experimenta y afronta de forma distinta estas circunstancias y resulta imposible establecer una pauta de ayuda universal.

Este texto no abarca las situaciones de personas en una situación delicada debido al contagio propio o de un familiar. Si esta información no te resulta útil, o si estas preocupado por tu caso en particular, te invito a contactarme personalmente.

Esto nos afecta a todos

Durante estos últimos meses hemos experimentado, de forma más o menos directa, los efectos del coronavirus. Esta situación nos ha obligado a tomar precauciones con el fin de mantener nuestra salud y la de los que nos rodean.

Probablemente hemos recibido estrategias sanitarias para la prevención del contagio; estrategias que han afectado nuestra forma de vida. Los seres humanos nos definimos en función de nuestras amistades, trabajos, metas, pasatiempos e intereses (piensa cómo te describirías ante alguien más). No es de sorprender que cuando estas áreas de la vida están limitadas, nuestra identidad parezca diluida.

El confinamiento en casa tiene efectos directos sobre nuestro bienestar. La cantidad de estímulos sensoriales y mentales que recibimos es significativamente menor a la que estamos acostumbrados.

Esto puede resultar en altos niveles de energía mientras disponemos de pocos medios para canalizarla.

Otra consecuencia del aislamiento es el mínimo contacto social con otros; un método muy efectivo y natural a través del cual regulamos nuestras emociones. Al mismo tiempo maximizamos el contacto con quienes compartimos el hogar, disminuyendo nuestra sensación de intimidad y privacidad.

¿Cómo mantener la motivación?

La limitación de movimiento a la que estamos sujetos indudablemente altera los planes y metas que nos hemos propuesto y podemos experimentar sentimientos de fracaso y frustración aun sin ser responsables.

Observar la disolución de los objetivos que nos hemos planteado genera confusión en cuanto al papel que ejercemos dentro del ámbito familiar, social y laboral.

Es posible tener sentimientos de impotencia y angustia relacionados con nuestra capacidad (o falta de) para asegurar nuestra propia protección, o la de nuestros seres queridos, y conseguir estabilidad económica.

Es importante que a pesar de que nos veamos obligados a posponer o cancelar metas, seamos capaces de sustituirlas por actividades que en el fondo cumplan el mismo propósito. Por ejemplo, si llevamos tiempo preparándonos para un maratón que ha sido cancelado, preguntémonos cuál es la función que tenía la carrera para nosotros.

Tal vez buscábamos el compromiso con un objetivo que requiere esfuerzo y sacrificio, tal vez era la creación de un proyecto junto con nuestra pareja, o mejorar nuestra salud. Establece una meta que puedas alcanzar durante la cuarentena, y que tenga el mismo motivo que tu plan inicial. Un maratón no necesariamente tiene que ser sustituido con otra meta deportiva.

Descubre las técnicas clave para cuidar tu salud mental durante esta cuarentena en nuestro próximo artículo.


de Andrés Casares García

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