¿Acaso el sufrimiento no forma parte de la vida?

Muchos padres nos piden ayuda para tratar ciertos temas con los más peques.Un motivo muy frecuente es como actuar de la mejor forma en una situación complicada.

La tendencia a no querer que los pequeños de casa se den cuenta de la tristeza de los padres es muy común. No queremos que nuestros seres queridos estén tristes o se preocupen, es normal.

La cosa está en que muchas veces no se podrá evitar. Desgraciadamente, le tocará estar triste si su abuelita fallece o si sus padres ya no quieren estar juntos. Sería raro que no fuera así ¿no? Tal y como nosotros hemos ido aprendiendo con experiencias que la vida es blanco y negro, alegría y tristeza, los más pequeños no son ajenos a eso.

Es peligroso crecer en una burbuja, a base de mentiras “piadosas” o “maquillar la situación” para que no sufra. Dentro de la burbuja, se sentirá muy cómodo y estable, hasta que algo a haga estallar. Da la sensación de estar haciendo lo correcto, de estar protegiendo del mal y ahorrando sufriendo. También es la opción fácil, y la tóxica.

Provocará que la persona desde pequeña aprenda que:

La mejor forma de afrontar las situaciones difíciles es hacer ver que no ha pasado nada.

Está bien mentir si es para evitar mostrar los problemas familiares, mostrar que puede haber desamor entre los padres, que existe la muerte y la pérdida de seres queridos…

El sufrimiento hay que esconderlo, sufrirlo por dentro no vaya a ser que alguien se entere que en ciertos momentos de nuestra vida no hay felicidad.

Muchos padres tienen la intención de tratar de forma sana el asunto. Se encuentran a veces que no saben cómo responder a preguntas. Aparecen dudas de si decirle eso es adecuado para su edad, que palabras utilizar, si va a poder entender la realidad, si va a poder aceptar las consecuencias…

Entonces aparecen las frases de:

«Se ha quedado dormido» para hablar de la muerte

«Papa se ha ido de viaje» para no explicar que ha habido una discusión y se ha ido de casa.

Adaptar a su edad lo que se quiere transmitir sin caer en eufemismos, formas suaves y mentiras piadosas es difícil. Te puede ir muy bien poder hablar al respecto con alguien formado en psicología.

Al fin y al cabo, son las personas que tratan los casos de paliativos en los hospitales, los que socorren en las emergencias, en las catástrofes que causan muertes y hay la obligación de comunicar muy malas noticias.

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