La clara diferencia entre las puntuaciones medias obtenidas por blancos y negros provocó años atrás que muchos denunciaran el uso de los test psicológicos para apoyar el Racismo científico.
¿Es igual de válida la puntuación de inteligencia que ha obtenido un español, un peruano, un senegalés o un japonés en un mismo test?
Con muchas dificultades, el número de psicólogos negros en Estados Unidos finalmente estaba logrando aumentar en los 60. Personas como Marthin Luther King y Robert L.Williams ayudaron a combatir la resistencia y hostilidad por parte de las disciplinas psicológicas del momento.
En 1968 se funda la Asociación de Psicólogos Negros (ABPsi). Se da voz al fin a todas las preocupaciones de los psicológos afroamericanos en cuanto a la opresión y desigualdades sociales que comportaban los test psicológicos, sobre todo de inteligencia.
Por aquel entonces, el físico William Shockley había desatado la polémica al afirmar que habían razones genéticas para argumentar que los negros en los Estados Unidos sacaban peores puntuaciones de media en inteligencia que los blancos.
Psicólogos de la ABPsi desacreditaron las declaraciones de superioridad racial basadas en los resultados de test de inteligencia. Muchos de ellos habían vivido en primera persona las consecuencias negativas de unas pruebas psicológicas sesgadas. Con el fin de revocar esa situación, el segundo presidente de la asociación, Robert L.Williams, desarrolló su propio test de inteligencia en 1970.

El Test de Inteligencia de Homogeneidad Cultural para Negros (BITCH por sus siglas en inglés) estaba destinado a determinar el impacto de la influencia cultural en la puntuación resultante del test.
Williams creó BITCH mediante la elaboración de un glosario de expresión afroamericana y la experiencia personal. Los resultados fueron un mayor rango de capacidades intelectuales en niños negros. Los participantes blancos sufrieron una disminución de su puntuación de coeficiente intelectual (CI) respecto a los test tradicionales. Aunque eso no llevó a su creador a decir que los negros tenían mayor CI que los blancos.
El debate perduró con el paso del tiempo. En 1994, la publicación de La curva de Bell por parte de Richard Herrnstein y Charles Murray, provocó la renovación del debate sobre el tema. En Inteligencia: Conocidos y Desconocidos, la Asociación Americana de Psicología no encontró una explicación concluyente a las diferencias observadas en las puntuaciones de CI promedio entre los grupos raciales.
En La falsa medida del hombre (1996), Stephen Jay Gould criticó las pruebas de CI. Argumentó que se utilizaban para el Racismo científico, para encontrar que oprimidos y desfavorecidos grupos-razas, clases o sexos, eran innatamente inferiores y merecían su estado. Y ya sabes a que suena eso…..
A día de hoy, gran parte del colectivo psicológico defiende que los test psicológicos, incluidos los de inteligencia, miden igual de bien a los diferentes colectivos, dado que las pruebas son independientes de factores culturales. No obstante, estudios aún siguen poniendo en entredicho la imparcialidad de la cultura en las pruebas de coeficiente intelectual.