Los problemas de pareja es uno de los motivos de consulta más frecuente con los que me encuentro. Para combatirlos, habrá que estar atentos a la evolución de la relación y a los retos que conlleva cada etapa.
Esos retos se podrían clasificar en 4: escoger, aportar, construir y gestionar.
SABER ESCOGER

Si bien es cierto que no hace falta que las personalidades sean iguales, que los caracteres sean suficientemente compatibles es importante.
La esperanza de que increíblemente cambie algún día las cosas que no te gustan suele ser irrealista, unas expectativas frecuentemente demasiado altas.
SABER APORTAR

Las parejas que funcionan no tienen unos pocos días buenos o incluso increíbles, y luego muchos de malos.
Si hay realmente un deseo de que la relación dure el mayor tiempo posible, la mejor opción es cuidar la relación día a día, con momentos agradables de pareja (no de padres), de afecto y diversión. Siempre hay muchas cosas que lo intentarán impedir, pero si te dejas llevar por las circunstancias alomejor te sorprendas de que no todo dura lo que te hubiera gustado.
SABER CONSTRUIR

Tener proyectos de vida suficientemente compatibles será esencial para que la pareja evolucione hacia la propia creación de su familia.
Las expectativas y metas personales pueden entrar en conflicto con las de la otra persona, o salir reforzadas y crear un proyecto de vida común. Eso puede significar crear un nucleo familiar propio, en la que los nuevos roles como padres pondrán a prueba la solidez de los cimientos de la pareja.
SABER GESTIONAR

Una comunicación positiva y eficaz será la clave para gestionar los problemas que inevitablemente aparecen con el tiempo.
Gestionar las situaciones desde la confianza, la fortaleza y la unión de la pareja será vital para lograr superar las discrepancias personales, conceder cuando sea necesario y avanzar en los diferentes retos de cada etapa